Parece que la ausencia de malas noticias es síntoma de muerte, o algo peor. Pero no. La vida a veces, sin pasar nada extraordinario, puede ser hasta mona y todo. Como le dije a la señorita Ruth "Asesora de Suicidios", uno mejora no cuando le pasan cosas buenas, sino cuando acepta que las malas tienen que pasar, que la vida sigue, y que la vida con todo y con eso, sigue siendo maravillosa.En fin, supongo que mi vida sigue como debe, a su ritmo. Muy tranquila, muy contenta, y muy feliz. Porque como dicen los de Ikea, no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita. Y ahora mismo tengo mil tesoros.Y espero dentro de poco volver a tener esa inspiración maja para volver a llenar mi blog de cosas interesantes, y no de mierda que no creo que le importe a nadie.A bote pronto estoy volviendo...