Gracias.

A todos vosotros, los que tuvisteis mi felicidad en las manos. A todos los que os regodeasteis de mi dolor. A todos los que me apartasteis de lo que más quería y ahora lo exhibís cual trofeo para que yo lo vea. A todos los que disfrutáis con el dolor ajeno GRATUITO. A todos los que cuando os pedí ayuda, preferísteis pasar de mí por no mojaros.

A todos, gracias. Me demostráis cada día lo que es y lo que no es un amigo de verdad. Gracias a vosotros, aprecio mucho más a las buenas personas, que distan MUCHO de lo que sois vosotros.

Os dedico un beso de judas, la mejor de mis sonrisas, y que os vaya bonito. A mí no me vais a sacar la sangre nunca, nunca más.

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